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Resumen la dictadura Perfecta

La dictadura perfecta proyecta una lamentable realidad y deja entrever que, cuando se trata del poder, hasta Nicolás Maquiavelo se queda corto. Bien podemos ver que en la película nos plasmas la lamentable realidad que tratan de ocultarnos los medios, en nadie se puede confiar, todo está igual, los medios son vendidos con facilidad, la corrupción y las cosas que suceden están cada vez peor. Pensar sobre la libertad de expresión en México lleva necesariamente a reflexionar en los tiempos en que por distintas razones, generalmente de índole política, era evidente la ausencia de este derecho del hombre, es decir, desde la carencia de libertad de expresión. En ese contexto, algunas décadas del siglo pasado, marcadas por periodos gubernamentales, son recordadas por la carencia de libre expresión a través de diferentes canales, promovida por las altas esferas del poder político dominante desde la posrevolución. Eran décadas que deterioraban la escasa vida democrática, la cultura política y el desarrollo intelectual del país, y en las que una parte de la prensa, de la “opinión pública”, de las artes, de las letras, de las manifestaciones, se volvieron oficiales y por sobrevivencia alinearon su discurso al de un régimen que no respetaba las voces disidentes. Bien pudimos ver que la empresa televisora con tal de ganar más se asoció con uno de los diputados corruptos, claro, todo era tapadera de todo, todo lo “bueno” o las cosas siempre resulta ser una tapadera, es curioso porque… bueno ¿Qué estamos viviendo en nuestro México? Casualmente esto hacer referencia a hechos que realmente pasaron, nos están mostrando una verdad señores, algo que muchos creen que no pasa, que con la venida de un papa o una tragedia por ejemplo la de Ayotzinapa piensan que es cosa buena o mala cuando en realidad es una tapadera a o que los políticos hacen a nuestras espaldas, a lo que incluso nuestro señor presidente hace.

Tiempos en que criticar, parodiar o exhibir la corrupción de la clase política por cualquier medio de comunicación, fundamentalmente la prensa escrita, las carpas teatrales y el cinematógrafo, conllevaba, en el mejor de los casos, a la cárcel de los osados y, en el extremo, a la misteriosa desaparición de los autores intelectuales o materiales de dichas expresiones. No obstante había quien a pesar de los riesgos, expresaba su pensamiento, más que como en un ejercicio de derecho, como una manera de ofrecer resistencia ante la situación.

Épocas que parecen haber sido superadas, aun cuando de repente ha surgido la tentación de imponer discretamente algunos límites a la libertad de expresión, como sucedió, por ejemplo, con el documental Presunto culpable, que ha sido prohibido, criticado, aplaudido y ha sido objeto de varias demandas judiciales, entre otras cosas, por la forma en que puso al descubierto el peculiar sistema de administración de justicia, especialmente hacia con quienes menos recursos legales y económicos tienen.

La verdad, la considero una buena película y es entendible por que no duro tanto en los cines, claro, no le convenía al gobierno que todo esto se diera a conocer, que intentaran abrirnos nos ojos para no vivir engañados, para ver lo que sucede en nuestro México. Recomiendo a todo aquel que sea mexicano verla, porque realmente es muy buena, es una excelente representación de lo que pasa y como somos engañados tan fácilmente, como dice la película “Cualquier parentesco a la vida real no es coincidencia”

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